Esa es la idea que Coca-Cola ha querido plasmar en su último comercial. Siguiendo con el concepto de la felicidad ligada a la idea de tomar bebida, el spot muestra como un tipo va repartiendo sonrisas para romper con la cotidianidad de una ciudad parca como Santiago. La producción es bastante buena y registra el recorrido del personaje por lugares como el Centro de Santiago, el Mercado Central y el Cerro San Cristóbal. Otro coqueteo más del mundo publicitario con la bicicleta.
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